Llegarán, aunque no quieras, llegarán esas noches en blanco en que la preocupación te pueda y el sueño desaparezca.
Algo en su pequeño cuerpo le hace sentir mal y te mira directamente a ti, a tus ojos, buscando alivio, cariño, amor, ayuda.
Necesitará de tus brazos, tu paciencia, tu seguridad, tus besos y caricias, tu mano en su frente, las nanas que le calmen y las palabras cargadas de amor que le susurres.
Sus manos buscarán las tuyas, sus ojos tu consuelo.
Avanzará la madrugada sentada en un sillón o acurrucada en su cama, vigilando sus suspiros, su respiración.
La mañana llegará y no sabrás porqué pero te sentirás más aliviada.
Y te ofrecerá una sonrisa capaz de hacerte olvidar la eterna noche en blanco.