crianza · SER MADRE

Rutina de noche con niños.Un final de día sin estrés

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Final del día, ese momento en el que empieza la rutina de la noche, esa que todos los padres conocemos; recoger, bañarse, cenar, y que según la etapa en la que se encuentre nuestro hijo puede ser más fácil o difícil. Esa rutina que realizamos mecánicamente, de forma sistemática, siguiendo un horario, procurando no olvidarnos nada y que, en realidad, nos somete a un estrés tanto a los peques como a los mayores. Poco a poco estoy introduciendo pequeños cambios en la rutina, para que nos permita disfrutarla en vez de temerla. Hoy os hablo de nuestra rutina de noche para un final del día sin estrés. ¿Te quedas?

Lo primero que hay que conseguir es estar en un momento de conexión plena, ambas partes deben «estar» en ese instante, siendo conscientes de lo que conlleva. Es el final del día, un momento especial, quizás para algunos sea el único ratito con ellos. No nos dejemos arrastrar por nuestro propio cansancio y ganas de acabar ya. Eso sólo nos genera mutuo estrés y frustración, con ese constante «venga, venga». Dejemos que fluya, guiándoles hacia la dirección adecuada, pero sin mayores presiones. Observando en qué etapas se encuentran; si no quieren bañarse, si les da miedo el agua en los ojos, si no quieren cenar, si les cuesta dormirse, si… Sí, todos esos detalles que son tan normales en los niños. Sí, lo son.

Así que una vez tomada conciencia de todo esto, vamos a terminar el día de manera muy tranquila, feliz y celebrando el día que ha terminado.

Anticipar. Este verbo es bueno en casi cualquier momento en realidad. Avísadles que cuando terminéis de hacer el puzzle, el dibujo, el juego, vais a empezar a recoger para preparar el baño.

Si lo de recoger no es aún su fuerte, ayudadles, sí hacedlo. Motivadles con juegos, canciones, viendo en vosotros mismos el ejemplo. Puede que haya días, etapas en las que os veáis vosotros solos recogiendo, y otras en las que os sorprendan tomando ellos la iniciativa. No os desesperéis. Aprender a recoger es una tarea diaria, nuestras palabras y actos no caen en vano. Pero de esto ya hablaremos otro día.

rutina noche sin estrés

Bañarse. Ese momento que cualquier adulto anhelaría para sí mismo y que en ellos puede ser una fuente inagotable de agua por todas partes, risas, gritos o llantos, ¿os suena verdad? Mi chiquitina está en esa etapa de no quiero bañarme, no quiero lavarme la cabeza, porque lo pasa muy mal con cada gota que pueda caer en sus ojos u orejas. ¿Solución? Ninguna. No, no hay nada más que paciencia e imaginación. Gafas de bucear para que no caiga ninguna gota, muñecos y juegos variados. Procurad que todo sea muy tranquilo para que poco vayan adentrándose en la calma. Los sonidos y olores también ayudan. Por eso nuestros baños van acompañados de una música muy especial para ambas. Los mantras que acompañaban nuestras sesiones de yoga crianza. Y además ahora hemos empezado con un jabón natural de caléndula con un aroma suave y relajante, al que seguimos con el aceite de caléndula para dar unos masajes. Aprovechamos las propiedades calmantes y especiales para las pieles sensibles como son las de nuestros hijos, de la caléndula para que nos ayuden en nuestra rutina nocturna.

Según la edad os dejarán hacerles masajes o no, ya lo sabemos. Pero aunque sean algo ligeros es una manera de que sientan vuestro tacto y cercanía.

Y después de intentar relajar nuestro cuerpo, llega el momento de alimentarlo. Sé que para mucho puede ser también complicado. Afortunadamente mi peque come bien y si en algún momento no le apetece lo que hay, no me desespero. La conozco y observo, de un tiempo a esta parte le gusta cenar algo dulce y reconfortante, casi siempre lo mismo; porridge o algo ligero. Su cansancio le pide eso para comer y no considero oportuno obligarle a lo contrario.

Lavarse los dientes. Otra odisea. Cada día un muñeco, una canción, ahora contamos, en español e inglés. Dentro de unos días será otra idea que hayamos tenido que improvisar para conseguir que el cepillo haga sus funciones.

Leer. La magia de los libros. Dejadles que elijan, acordad un número de libros, lo digo porque la mía me pide y pide más. Acurrucaos junto a ellos en la lectura. Todos estamos cansados pero aún así no dejéis de poner alguna vocecilla, o de preguntarles si les ha gustado, leer es apasionante, no lo olvidemos. Os comparto nuestras pautas de lectura.

Llega el momento de dormir. A mi chiquitina aún le cuesta conciliar el sueño, por eso me armo de paciencia para guiarla. El mismo aroma del aceite de caléndula se impregna en la almohada y en su pijama, y es muy agradable para dormir. Besos, abrazos y caricias. Una historia más, y otra. Hablar sobre lo que más nos ha gustado del día. Y escribirle suavemente con la yema de los dedos en la frente cuánto la quiero. Probad esto último y veréis más de una vez cómo sus ojos se van entrecerrando.

El día ha tocado a su fin. ¿Qué has aprendido hoy? ¿crees que nuestra rutina os ayudaría? ¿qué hacéis vosotros? compartamos ideas para terminar los días sin estrés y con una sonrisa en los labios. Ya sólo os queda darles el último beso en la frente cuando sus ojos ya se han cerrado y contemplarles embelesados con ese infinito amor.

7 respuestas a “Rutina de noche con niños.Un final de día sin estrés

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